En el huerto del Rey Moro,
se derraman lagrimas sin cesar,
por la falta de respeto,
con las plantas del lugar.
El sábado sin avisar,
entraron a celebrar,
cumpleaños de infantes,
que deseaban jugar
y llegando a su final
se produjo el vendabal.
Los bancales pisoteados,
con las habas arrasadas,
carteles y composteras,
al traste fueron a dar,
con palos fueron sesgados,
y como guinda a tal desman,
restos de suciedad,
por el Moro vienen y van.
Los padres despreocupados,
a sus hijos dejaron volar,
confundiendo la libertad,
con la falta de responsabilidad.
Que no vuelva a suceder
y que armonia disponga,
cuidado y bienestar,
porque estamos tan consternados,
que ya no sabemos rimar.
por eso te lo pedimos,
lo que importa has de cuidar,
y así respetes el trabajo,
que hace bello el lugar.
Observatorio del Rey Moro.